United Colors of Rosemont

El lunes me desperté con una nueva tarea y un nuevo quehacer, y como lo comenté en el post anterior comencé la francización. Algunas veces uno tiene la suerte de la buena vibra, pues ya había pensado que me tocaría esperar hasta febrero por la francización, pero de esas cosas de Dios y de la buena fé, comencé antes de lo esperado. Ese día al llegar al Cegep Rosemont, ví que algunos como yo llegaban a la oficina B224, como lo decía en la carta que me enviaron por correo electrónico, me pareció muy cómico que un asiático preguntaba por la francización y no entendía mucho lo que la secretaria le decía, y el hasta quería pasarse a la fuerza, pues la secretaria nos decía que debíamos ir a otra oficina para hacer la inscripción.

Hice la inscripción y un grupo como de 10 personas llegamos a un aula donde ya había un grupo mas antiguo, después hicimos nuestra integración como grupo, como de costumbre en todas partes del mundo se hace la presentación el primer día y mi salón de clase parece la foto de una publicidad de United Colors of Benetton pues somos de 12 países diferentes: Albania, Rusia, China, Bulgaria, Marruecos, México, Colombia, Perú, Moldavia, Egipto, Brasil, y yo de Venezuela. La mayor representación es de Colombia con 4 alumnos, le sigue China con 3, 2 rusas y 2 mexicanas, el resto es un representante por país. Las personas con las que más hablo son una de las rusas llamada Kristina, y un chino que se llama Wen Tao, (creo que se escriben así sus nombres) todos parecen muy sencillos y se ha creado un ambiente de fraternidad, pues a la final todos somos inmigrantes.

El colegio es tan grande como cualquier universidad de mi país o más grande y súper completo: tiene biblioteca, sala de Internet, piscinas, canchas, una cafetería gigante con hornos microondas para calentar el almuerzo si decido llevarlo, y hasta una clínica de apuncuntura.  El colegio en el que todo adolecente suramericano soñaría o alguna vez vio en la televisión en alguna serie como Beverly Hils o Friends.

Por otro lado ya nos llegaron las tarjetas de residente, asi que la en primera parte del camino hemos llegado a la meta, pues es el documento por que soñamos tantos años y hasta lagrimas de sangre nos costó. Hemos sido afortunados de recibir el nuevo diseño de estas con un material súper flexible y doble foto, con una pequeña transparencia en la foto pequeña que permite verla por los dos lados.

Por ahora todo sale como hemos planificado, gracias a Dios. Y aquí seguimos en este camino donde todos los días planificamos nuevas metas y nuevos retos, el nuevo reto es lograr la integración: Entender el idioma perfectamente, después será el trabajo, y por supuesto el sueño de prosperidad que hemos venido a buscar a Canadá.